En
los años veinte las guitarras se usaban en jazz y para acompañar bailes: el
protagonismo que tradicionalmente había tenido el banjo hasta entonces fue desapareciendo
en favor de los modelos como la Gibson L-5. Debido al poco volumen natural de
la guitarra, comparada con otros instrumentos, su utilización se limitaba por
lo general al acompañamiento rítmico. La solución apareció con el desarrollo de
la pastilla magnética.
Buscando cómo resolver el problema del volumen
de la guitarra, Lloyd Loar, uno de los ingenieros de Gibson, empezó a
experimentar con imanes, y ya en 1924 diseñó una primera pastilla que podía
instalarse en una guitarra tradicional de seis cuerdas. Gibson no supo valorar
la importancia de este hecho, y Loar acabó por fundar su propia empresa,
Vivitone, donde empezó a producir sus sistemas de pastillas sensoras en los
años treinta; antes ya había tenido un papel muy activo en el desarrollo de la
extraordinaria L-5.
El mayor avance se produjo en 1931, cuando Paul
Barth y George Beauchamp, empleados de la Compañía Nacional en California, que
también había estado creando pastillas, se asociaron con Adolph Rickenbacker
para formar la "Electro String Company", la primera en comercializar
instrumentos eléctricos. Juntos crearon las guitarras de acero y aluminio fundido,
conocidas como "sartenes" por su forma.
En
1932 Rickenbacker probó su nuevo invento con la guitarra, creando la primera
guitarra eléctrica, la "Electro Spanish". Era un diseño básico de
tapa abombada provista de la misma pastilla magnética en forma de herradura de
la "sartén". Sin embargo, sería la famosa Gibson ES-150, lanzada en
1935, la que cautivó al guitarrista de jazz Charlie Christian, y fue
precisamente él el responsable, más que ningún otro músico, d proponer la
guitarra eléctrica como un instrumento musical serio.
Durante
los años cuarenta, varias personas sin relación alguna se dispusieron a diseñar
y fabricar una guitarra eléctrica compacta. Aunque no se sabe quién lo
consiguió primero, lo cierto es que Les Paul y Paul Bigsby fueron los
verdaderos pioneros. Leo Fender fue el responsable de dar a conocer la idea.
El
principal problema de incorporar pastillas a las guitarras acústicas era que,
si el volumen del amplificador era demasiado alto, el sonido del altavoz hacía
vibrar el cuerpo de la guitarra produciéndose una molesta distorsión del sonido
conocida como "feedback" o realimentación. La solución lógica era
aumentar la masa del instrumento, para reducir su capacidad de vibración; de
aquí que aparecieran las guitarras eléctricas compactas (o de cuerpo sólido).
No hay acuerdo respecto a quién fue el que creó
la primera de ellas. A principios de los años cuarenta el guitarrista de
country-jazz Les Paul creó su propia guitarra "Log" (tronco), usando
un mástil Gibson adherido a un bloque de madera de pino, sobre el cual se
montaron las pastillas y el puente. Cuando trató de vender la idea a Gibson,
éste no demostró ningún interés en ese momento. Otro candidato era Paul Bigsby,
quien, ayudado en el diseño por el guitarrista de country Merle Travis, creó
una forma con claras influencias de los diseños de Fender. Se fabricaron una
docena de instrumentos, por lo que cabe hablar de la primera producción de
guitarras eléctricas compactas.
Leo
Fender es el nombre más importante en la historia de estas guitarras.
Propietario de una tienda de reparaciones de aparatos eléctricos, fundó en 1946
la "Fender Electrical Instrument Company" para la fabricación de
guitarras eléctricas y amplificadores. Dos años más tarde, juntamente con uno
de sus empleados, George Fullerton, decidió crear una línea de producción de
guitarras eléctricas compactas. En 1950 su diseño vio la luz por primera vez:
La "Fender Broadcaster". Un año después, obligado por la empresa
Gretsh que fabricaba tambores "Broadcaster", rebautizó su instrumento
con el nombre de "Telecaster".
Presa
de pánico por el éxito de este primer instrumento compacto, Gibson se puso otra
vez en contacto con Les Paul, de quien se había reído por sus "palos de
escoba con pastillas" unos años antes, y le propuso que tomara parte en la
creación de un instrumento rival. La nueva guitarra, lanzada al mercado en
1952, llevaba su propio nombre: la Gibson Les Paul Standard, a la cual Fender
respondió, dos años más tarde, con la "Stratocaster", tal vez la más
famosa de todas. Las dos guitarras de Fender se fabrican desde entonces y
siguen siendo dos de las guitarras eléctricas más populares que se hayan hecho
jamás. La de Les Paul tuvo un bajón entre 1961 y 1967, aunque la demanda de
modelos clásicos la llevó a un relanzamiento exitoso. Ésta última se continúa
produciendo desde entonces, aunque las originales de finales de los años
cincuenta se consideran hoy en día piezas de coleccionista, y es más probable
encontrarlas en la caja fuerte de un banco que en un concierto de rock.
Aunque
Fender y Gibson con los fabricantes de guitarras eléctricas más famosos,
también ha habído otros buenos fabricantes.
Hay
que admitir que en los últimos 40 años ha habido pocos cambios de fondo en el
mundo de la guitarra. Los fabricantes han probado nuevas formas: la Steinberg
"sin cabeza" fue popular durante un breve tiempo en los años ochenta,
mientras que la guitarra acústica Ovation, con la espalda redondeada, creada a
finales de los años setenta, ha permanecido como estándar de su clase. También
han probado nuevos materiales: Dan Armstrong creó instrumentos con cuerpo de
plástico, y Kramer utilizó mástiles de aluminio y, aunque en ambos casos se
reducía su peso, los intérpretes las siguieron prefiriendo de madera. También
se han producido cambios radicales en la manera de tocar.
A
principios de los años ochenta mucha gente pensó que el siguiente paso en la
evolución de la guitarra sería un instrumento híbrido con sintetizador.
Ejemplo
de ello fueron el Synthaxe y el Stepp, ciertamente muy impresionantes, pero de
coste elevado. El fabricante japonés Roland creó un sistema de conectores MIDI
que puede colocarse en una guitarra estándar y que permite controlar unidades
MIDI externas con gran precisión. A pesar del empeño que puso en ello, los
guitarristas que tocan con sintetizador continúan siendo pocos.
Por
lo que respecta a los periféricos, como el amplificador, efectos y
amplificación, los diseños ingeniosos (como el sistema de bloqueo de Floyd
Rose) y la tecnología digital han producido los mejores adelantos. En cuanto al
instrumento se refiere, parece que para la gran mayoría de los intérpretes ya
se ha inventado el formato perfecto, y ello quizá sea debido a que los
compradores de guitarras son, por lo general, muy conservadores. No deja de
resultar extraño que el más querido y deseado instrumento sólido sea un modelo
creado hace casi medio siglo. Podría deberse a cierta nostalgia -entre quienes
vean una Gretsch Double Anniversary como una asequible alternativa a una Coupe
de Ville clásica-, pero la razón podría ser más sencilla: quizá los gustos de
Leo Fender, Paul Bigsby, Merle Travis y Les Paul fueran acertados desde el
principio.